La actividad presenta dificultades económicas, producto de la crisis internacional y de conflictos netamente locales.
El actual contexto internacional afecta a esta actividad de diversas maneras. Por un lado, la crisis internacional ha generado una recesión generalizada a nivel global y esto se deriva en una menor demanda externa para la producción local. Este aspecto de la crisis, se conjuga con la menor actividad doméstica, que reduce también el consumo interno de derivados por parte de la industria local y el transporte. En este sentido, vale comentar que el cierre de 2008 marcó una menor producción nacional de crudo, menores exportaciones e importaciones.
Ante este panorama, la incertidumbre generalizada y la mayor aversión al riesgo han virtualmente paralizado las inversiones previstas, cada vez más necesarias para mantener el actual nivel de producción. El grado de maduración de algunas cuencas, especialmente la neuquina que es la mayor, requiere de mayores niveles de inversión y nuevas perforaciones más profundas y de menor productividad, para sostener la producción.
Por otro lado, el adelantamiento del proceso electoral a nivel local ha pospuesto algunas decisiones de inversión de las empresas que ya esperan con cautela lo que suceda luego de los comicios de junio. Así, varios anuncios que desde fines del año pasado venían desarrollándose en el marco del plan Petróleo Plus y Refino Plus, se han visto afectados.
De este modo, la falta de inversiones y los escasos incentivos al sector privado retrasan los proyectos de exploración en las áreas más riesgosas y en consecuencia no se han descubierto yacimientos importantes desde hace 15 años, al tiempo que el nivel de exploración es hoy menor que hace 20 años. Como consecuencia de lo anterior, la producción de petróleo es declinante desde 1998.
Al mismo tiempo, las destilerías no alcanzan a abastecer la demanda interna, a pesar de ser Argentina un exportador neto de crudo. El caso del gas oil es el más notable, cuya oferta local debe complementarse con importaciones para atender a la demanda interna.
El principal obstáculo que deben afrontar los operadores de esta industria está dado por el fuerte control que se hace de sus precios mediante un mecanismo de ajuste de las retenciones a la exportación. Este sistema desacopla el precio interno de los productos de la refinación del petróleo y los aisló del crecimiento del precio internacional del crudo, que aconteció en los últimos años. A partir del segundo semestre de 2008, cuando más intensamente se hizo sentir el efecto de la crisis internacional, el precio del crudo presentó un desplome sin precedentes. Hoy por hoy, parece que el precio ha hallado un piso y lentamente parece recuperarse. Cercano a los u$s 70 por barril WTI, el crudo tiene hoy un precio que es casi la mitad de lo que lo era hace un año.
En este contexto, Argentina podría convertirse en un importador neto de petróleo y sus derivados en un plazo de 3 a 4 años. Se necesitará una política que vuelva a dar sentido económico al recurso disponible para reavivar la producción local. En este sentido, el Gobierno ha impulsado la renegociación de contratos y el lanzamiento del Plan Petróleo Plus que, con el fin de revertir la caída de la producción, se basa en un sistema de incentivos y devolución de impuestos para que las petroleras concreten nuevas inversiones destinadas a elevar los niveles de producción de crudo.
FUENTE: abeceb.com
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