En el último año la faena de ganado llegó a los 14,8 millones de cabezas, manteniendo en conjunto con los años 2007 y 2008 los niveles más elevados desde 1991. Además, el stock ganadero se estancó durante los años 2008 y 2009 y ya en el último año mostró una merma del 6%. De esta forma el stock ha bajado a 51,9 millones de cabezas de ganado, niveles cercanos a los registrados diez años atrás.
Estos números muestran el resultado de una serie de factores que han llevado a que el sector cárnico se torne cada vez menos atractivo para los productores. Entre las trabas más importantes para su desarrollo se cuentan los controles de precios y las retenciones aplicadas al sector.
A su vez, hubo inconvenientes de tipo climático. La sequía afectó en gran forma a los productores ganaderos, con muchas muertes de vacas y con una gran dificultad para poder mantener el ganado, debido a los altos costos que ello implicaba. Hubo escasa pastura y la necesidad de nuevas inversiones hizo caer la rentabilidad del sector.
Varios productores prefirieron liquidar su ganado en el año 2009 para abastecer el mercado interno que continuó con una demanda en aumento, y también para destinarlo a las exportaciones. La apremiante situación llevó a que en los últimos años se faene una importante cantidad de hembras, poniendo en riesgo la reproducción bovina a mediano plazo. Ante las dificultades del sector, muchos optaron por liberar los campos para volcarse hacia actividades más rentables, como la producción de soja.
Por lo tanto, el porcentaje de las ventas al exterior sobre todo lo que se produce de carne en el país aumentó un 6% en 2009 con relación el año anterior. Y a su vez, si se mide hasta los once meses del año pasado, el consumo per cápita alcanzó los 68,35 kg, un 7,5% por encima de lo consumido promedio en los diez años anteriores.
Lo que ocurrirá en 2010 con el consumo per cápita es una incógnita, dado los incrementos en el precio de la carne de los últimos meses. De todas formas, es de esperar que no haya muchas modificaciones debido a los cuatro años seguidos de crecimiento en el consumo de un bien que forma parte de la dieta diaria de los argentinos.
Entonces, los productores tendrán que hacer frente a una demanda en ascenso con un nivel menor de stock y con una capacidad reproductiva más acotada, luego del incremento de la faena en las madres reproductoras en los últimos cuatro años.
Este panorama pone un alerta sobre lo que ocurrirá en 2010, donde es previsible que el stock ganadero continúe bajando, con niveles que se estarían acercándose cada vez más a los registrados diez años atrás, cuando entre el período comprendido entre los años 1998 y 2002 se producía con un stock promedio de 48,6 millones de cabezas de ganado.
FUENTE: abeceb.com
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