La explicación sigue asociada a las medidas implementadas por el gobierno brasilero para estimular la demanda
Las ventas de vehículos nuevos en Brasil tuvieron durante la primera quincena de julio un crecimiento interanual del 8,2% y fueron además 3,5% mayores que las registradas en los primeros 15 días del mes pasado.
Este dato continúa la tendencia que el mercado brasilero viene mostrando desde enero último, cuando el gobierno de Lula decidió reducir la alícuota del Impuesto sobre los Productos Industrializados (IPI) y destinar unos R$4.000 millones al financiamiento de la demanda de vehículos nuevos (de esa cifra, unos R$3.500 millones ya se habrían ejecutado).
En el primer semestre del año, las ventas de vehículos nuevos habían alcanzado a 1,45 millones de unidades, un 3% más que las registradas en los mismos 6 meses de 2008. En junio, mientras tanto, esa misma variación interanual alcanzó el 17,2% cuando se vendieron 300.174 unidades nuevas.
Si bien es difícil separar el efecto de la reducción impositiva y de la inyección de dinero para mantener la oferta de crédito, sí es esperable que en lo que queda del año el impacto de la reducción en la alícuota del IPI sea progresivamente decreciente.
En primer lugar, las cifras del primer semestre (y en particular las de junio) se vieron estimuladas por el hecho de que el 30 de junio vencía la reducción impositiva y la alícuota volvería a su nivel original. El deseo de aprovechar una medida que redujo el precio de los vehículos entre un 5% y un 8% provocó el adelantamiento de muchas decisiones de compra.
El 30 de junio el gobierno brasilero decidió mantener esta reducción impositiva hasta diciembre pero con un esquema de recuperación progresiva de la alícuota. Sin embargo, es esperable que el efecto de esta medida en el segundo semestre no sea igual de efectiva que en el primero.
El buen timing del gobierno brasilero para implementar estas medidas y una eficiente implementación, tuvieron su efecto en una de las variables que más cuenta a la hora de decidir una compra, sobre todo de bienes durables: el buen ánimo y la confianza del consumidor.
Al respecto, la medición del Índice de Confianza del Consumidor de la Fundación Getulio Vargas (FGV) alcanzó en junio el registro más alto desde septiembre de 2008, cuando comenzó a deteriorarse producto de la crisis económica internacional.
Respecto del futuro cercano, los consumidores que prevén que la situación mejorará en los próximos seis meses subió desde el 28,3% en mayo hasta el 30,9% en junio y los que esperan un empeoramiento cayó desde 18,4% hasta el 14,8% en el mismo período.
Así, las cifras de julio convalidan en parte la tendencia de este escenario. Queda entonces esperar la evolución de las ventas de vehículos nuevos durante los próximos meses para ratificar o no la estimación de 2.800.000 mil vehículos vendidos durante 2009, lo que, de confirmarse, representaría un crecimiento del 0,5% respecto de 2008, año récord para toda la industria automotriz brasilera.
FUENTE: abeceb.com
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