Luego de seis años de crecimiento en el nivel de la actividad local, en 2009 se produjo una contracción de alrededor del 2% en la economía. Ese freno se debió a los efectos de la crisis internacional, que repercutieron en los sectores productivos de mayor avance a partir de 2002.
Uno de los sectores más golpeados fue el agropecuario, debido a la combinación de una sequía fuerte que redujo los rindes y una baja en los precios internacionales. Los sectores industriales con alto crecimiento en los últimos años, como el automotor y el de la metalurgia, redujeron en forma sustancial su producción en los primeros seis meses debido a la reducción de la demanda externa. Sin embargo, la tendencia bajista se revirtió a lo largo del año.
Los indicadores de la industria comenzaron a dar señales de recuperación a partir del segundo semestre del año. En su serie desestacionalizada, el EMI presentó la quinta suba mensual consecutiva en el mes de noviembre, con un aumento del 1,1% en relación a octubre. En el acumulado, la actividad muestra una caída del 0,6% con respecto a los primeros once meses de 2008.
Esa tendencia también se refleja en las estadísticas privadas: En su último informe, la UIA afirmó que, luego de trece meses de caídas internuales consecutivas, durante el mes de noviembre de 2009, la actividad industrial presentó una expansión del 3,2% con respecto al mismo mes de 2008.
La mejora en los indicadores se debe principalmente a la recuperación de la industria siderúrgica, y al sector de los alimentos y el automotor. Esa dinámica refleja uno de los rasgos característicos que tendrá el crecimiento en 2010: el impulso dado por los sectores que más cayeron en 2009.
La recuperación responderá tanto a factores externos como internos. Por un lado, una vez superada la peor etapa de la crisis, se espera un crecimiento en la demanda externa, que incentivará mayores exportaciones. En el caso argentino, tendrá mucha influencia la recuperación de Brasil.
La mejora en los precios internacionales traerá beneficios al sector agrícola, lo que permitirá recuperar parte de la rentabilidad perdida en la anterior cosecha. Además, deberá capitalizarse el factor de liquidez elevada y apetito por el riesgo “emergente”.
En lo que respecta a los factores locales, se estima un repunte en el consumo doméstico como resultado de la mejora en las expectativas, que dinamizará la producción acumulada (alimentos y bebidas, textiles).La cosecha récord de soja será otro de los factores positivos, que permitirá, además, ampliar las ventas en toda la cadena, incluso en la maquinaria agrícola y el sector químico (fertilizantes).
Sin embargo, aún persisten ciertos temas estructurales que podrían limitar el crecimiento. El aspecto más importante es la poca inversión en el aumento de la capacidad instalada, que impide ampliar la capacidad productiva del país.
Por otro lado, la confianza del consumidor se mantiene en niveles bajos con respecto a los períodos previos de crecimiento, y el financiamiento resulta bajo en comparación con los países de la región.En resumen, la estimación de abeceb.com es que, en 2010, la actividad económica se expandirá al 4% interanual y gozará del dinamismo generado por el sector agropecuario y una expansión del 6% en la industria.
FUENTE: abeceb.com
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